miércoles, 14 de septiembre de 2011

El árbol de la ciencia




Un enlace a la biografía de Pio Baroja:

http://piobaroja.gipuzkoakultura.net/pio_baroja_biografia.php

Y un  poco más de teoría sobre la ideología y el pensamiento de este autor:

La novela, escrita en 1911, tiene mucho de autobiográfica, pero, además, la obra es toda una radiografía de la sensibilidad y de los conflictos espirituales de la época.


La inspiración de Baroja como novelista nunca fue estética ni literaria, sino filosófica y social: forma y contenido tienden a fundirse. "El árbol de la ciencia" es un estudio sobre la incapacidad del protagonista para adaptarse a la circunstancia que lo rodea (España de principios de siglo) y su esfuerzo por lograr “entender” ideológicamente, las vicisitudes de la vida. Más autobiográfica que las otras, revela la filosofía vital de su autor.

Así pues, empezaremos por rastrear en la vida de Baroja, pero sólo aquello que nos resulte esencial para descubrir su pensamiento:


1 - IDEOLOGÍA Y PESIMISMO EXISTENCIAL
Para Baroja, el mundo carece de sentido: la vida le resulta absurda y desconfía del ser humano. Baroja aborrecía la crueldad humana y en sus novelas toma una actitud de denuncia.

Concluyó su licenciatura en medicina con una tesis sobre las implicaciones psicológicas del dolor: llega a la conclusión de que el hombre propende a la envidia y a la brutalidad insolidaria. Observa que las personas se mueven por interés egoísta ( obran bien para ganar el cielo o para que los amen, o son miserables por avaricia y recelos) A la vista de todo ello, Baroja opta por el compromiso intelectual con la realidad ( escribe para denunciar y poner en evidencia a los que mandan y a los que obedecen) y opta por trabajar para regenerar la sociedad en la que vive.

Aunque no siguió ningún sistema político o ideológico, apreció la filosofía de Nietzsch y la de Shopenhauer. De este último proviene la idea de que el conocimiento aumenta el dolor: el hombre, debido a su capacidad para razonar, sufre más. “Mientras más claramente entiende, mientras más inteligente es, más sufrimiento experimenta” dice Baroja.

La idea de que el hombre siente un impulso constante hacia el anhelo y mientras tenga este deseo, tendrá dolor. Puede calmar este estado mediante la contemplación (el conocimiento) o la abstención. Pero cuando logra no desear nada, entra en el aburrimiento, la abulia, y entonces entra otra vez en el mundo de la voluntad, del deseo.

Esta oscilación entre el dolor y el aburrimiento se puede observar perfectamente en la vida de Andrés Hurtado, a lo largo de la novela, como iremos viendo. Por ejemplo, Andrés a medida que presencia el dolor de los pacientes y la crueldad injusta con la que son tratados se convence cada vez más del pesimismo de Shopenhauer: ser inteligente, darse cuenta de las cosas, aumenta el dolor propio. (ver cap. X)
A lo largo de la novela, Andrés pasa de la contemplación de su propio dolor a la del dolor en el mundo, a través del personaje de su futura esposa, Lulú. Visita a su tío Iturrioz, el cual le da el siguiente consejo: “Ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño”. Y así es como Andrés se marcha a un pueblecito de Valencia donde encuentra la paz en la contemplación del paisaje y en una vida ascética. El capítulo se llama simbólicamente “Aburrimiento”. Es la muerte de Luisito, hermano menor de Andrés, quien despierta de nuevo la conciencia del dolor en Andrés y la vuelta a sus inquietudes filosóficas. Regresa a Madrid , se casa y aparta de la sociedad junto a su mujer. Llega a ser más feliz que nunca, pero la muerte de su esposa al dar a luz le saca de nuevo de ese estado y le obliga a sufrir la experiencia de la vida. Incapaz de tolerar más, Hurtado se suicida.

baroja Pio Baroja el eterno pesimista

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